martes, 28 de febrero de 2012

Como pez en el agua

Como pez en el agua:
Se dice cuando una persona se siente muy a gusto en un ambiente acorde con su manera de ser o de actuar.
¿Os habéis sentido así? ¿A menudo? ¿Os sentís así en vuestro trabajo?
Si respondéis que SI a las tres preguntas, sois afortunados, triunfadores y tenéis éxito. Si es que NO a alguna de las preguntas, tal vez esto os interese…
En primer lugar el responder SI o NO en absoluto depende de la actividad, pues no todos los jugadores de futbol profesional se sienten así. Y tampoco es una constante, o sea a lo largo de la vida cambia… y sino que se lo pregunten a toda la retahíla de triunfadores, como el amigo Iñaki, que están visitando jueces.
Con lo cual, los que respondemos a alguna que NO, debemos hacer otra que es realmente difícil. ¿En qué, donde, o cuando, me siento como pez en el agua? Difícil de hacérnosla, parar un momento, escuchar la respuesta que estamos dando constantemente a aquellos que tenemos al lado, y que nos ven en el café, ascensor, comiendo… nos rodean y lo ven. La actitud, buena o mala, la arrastramos todo el día, y la llevamos a casa… buena o mala.
Bien llegados a este punto, hay que hacer una reflexión; no se trata de cosas que simplemente se nos den bien… de hecho tal vez sea de lo peor que te pueda ocurrir. Conocemos, o seguro que nos pasa, que se nos dan bien cosas que no nos gustan, que no nos llenan. Pero nos da dinero, prestigio, seguridad,… Pero, ¿te da energía? ¿hace que te olvides del tiempo? ¿dejas de creer que es un trabajo? La pregunta más fácil para saber si te sientes como pez en el agua es… ¿Cómo te sientes el domingo por la tarde antes de afrontar un lunes?
Pensar en la gente que tenéis alrededor, las caras delatan, hablan de su felicidad o de sus penas. Veras mecánicos felices, doctoras, forenses… y profesores infelices, presidentes de empresas hundidos, deportistas frustrados… y ya lo decíamos no es la actividad… es nuestra actitud.
En primer lugar debemos ser realistas, sinceros con nosotros mismos ¿Estamos llevando la vida que queremos tener? o ¿Es la de alguien que me compró? (suena a esclavismo pero es un caso de lo más habitual). Soy aquello que esperan que sea… este es un buen consejo para un espía, pero no se me ocurriría darlo a nadie más.
Otro caso… -“Este trabajo no me gusta (y evoluciona a: lo detesto, lo odio, me deprime), pero me permite hacer cosas, tener cosas, retener cosas…”- Claro… 1.900 horas al año en algo que no te gusta, lo sufres y lo aguantas, pero ¿y 45 años…? ¿Sabéis cuantas horas son…? 85.500 horas, que, y es lo más importante, no vas a dedicar a cosas que te apasionan, que te dan vida y te hacen feliz, porque para eso solo te quedará la mitad del tiempo, 42.750 horas. ¿Vas a sufrir el doble para disfrutar la mitad? No es una buena jugada.
El último caso que voy a poner es aquel que piensa… -“Es que yo no valgo para nada más.”- Tengo un consejo, y es bueno: La vida se nos hace tan larga que debemos renacer (reinventarnos) para seguir en ella, y varias veces además (¿Qué opináis de esto los albañiles, arquitectos, constructores, instaladores, pintores, yeseros?). En estos casos solo queda un proceso: prueba y falla, prueba y falla, prueba y tal vez aciertes.          
En una entrevista al premio nobel de química Harry Kroto, le preguntaron: -“¿cuántos de sus experimentos fallan?”- Y su respuesta fue: -“la mayoría: más del 90 %”-. Sin embargo, añadió lo siguiente: -“¡fallar no es la palabra! En ciencia, no se considera un fracaso, estás descubriendo lo que no funciona… ¡y no se puede descubrir lo que sí que funciona hasta que exploras muchas posibilidades que no salen bien! ”-
Así pues ya tenemos las tres cosas para cambiar nuestra actitud: ser realista, sincero con uno mismo; perseguir aquello que realmente nos apasiona; y algo difícil pero muy necesario… ser creativo.
Y a partir de ahí solo queda nadar, como el pez en el agua, sintiéndose a bien, como me ocurre a mí al pensar que vais a leer esto…
Esta entrada está inspirada en el capítulo 89 del programa Redes (que desde aquí recomiendo: http://www.rtve.es/television/20110327/todos-tenemos-capacidad-ser-creativos/420223.shtml) y en tantas otras cosas…
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martes, 7 de febrero de 2012

¿Por qué no me dejan ponerme un aerogenerador en casa?...

¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? Haciendo celebre aquella frase de un famoso pensador…
Ni más, ni menos, que intentar resolver en unas líneas el motivo de porque actualmente resulta NO LEGAL instalar un generador eléctrico a la red con el fin de autoconsumir para nuestra vivienda, y conectados a la red, poder verter la energía sobrante o consumirla en caso de ser necesario.
Son la mayoría, en este sentido, las personas que lo desconocen, pero actualmente el tener una instalación de generación de energía eléctrica de fuente renovable (fotovoltaica, eólica, pequeña hidráulica, etc.) no es posible bajo el actual marco jurídico conectada a la instalación eléctrica nuestra vivienda, estando está conectada a la compañía eléctrica de turno.
Ejemplo práctico: La señora Fuertes, de nombre Dolores, es una mujer concienciada con lo importante que sería preparar su microeconomía para la independencia energética, viendo el desorbitado incremento de precio de los combustibles fósiles.
Ni corta, ni perezosa, Dolores (espero que me permita que la tuteé) decide asesorarse para instalar un kit de autoconsumo, compuesto de un generador de placas fotovoltaicas y un pequeño aerogenerador de 400 W. que instalará en su azotea. Existe en el mercado y su precio es similar al de cualquier sistema de calefacción convencional para una vivienda… unos 6.000€. Además es de una marca alemana y cuenta en ese país con muchísimas instalaciones funcionando (el gentilicio alemán parece más una marca comercial que un país, ya sabéis… ¡Si es alemán es bueno! Esto lo han hecho muy bien los tíos).
¡Bien Dolores! Lo tienes claro y por fin podrás generar tu propia energía eléctrica, pero… ¿Dónde la vas a conectar, Dolores? Hay que vamos a tener problemas… Dolores me llama y le explico…
-Veras Dolo (ya le he cogido cierta confianza), actualmente si la instalación de tu casa está conectada a la red eléctrica, con su contador y caja de fusibles, no puedes conectarle a ella directamente tu pequeña instalación de generación-.
-¿Ah no?-. Responde ella. -Tiene el inversor con las homologaciones pertinentes y las  protecciones, es tal y como se monta en Alemania-. Replica.
–Si Dolo, pero Alemania no es España, y la Merkel no es Rajoy… Aquí, para conectar los generadores, debes pedir a la compañía eléctrica otro punto de conexión.-
-¿Cómo?¿Y instalar otro contador y caja de fusibles?-.
-Sí, me temo que sí Dolo, tendrás que hacer obras en la fachada, y si el estudio del punto de conexión lo requiere, hacer obras en la red de distribución que a veces cuestan lo mismo que la propia instalación… Es injusto, lo sé, pero las leyes no están de tu parte… La ciencia y la tecnología si…-.
-No me sirve de mucho entonces ni la ciencia, ni la tecnología-. Concluyo la señora Fuertes.
Y esto, estimados amigos, es debido porque en este país de… perdón, retrasado en algunos aspectos, tenemos leyes del año 2000 (como por ejemplo RD 1663/2000) que nos tutelan la conexión de instalaciones fotovoltaicas a la red de baja tensión, impidiendo que esta se haga en formato de autoconsumo y conectada a red, protegiendo y potenciando grandes centros y monopolios energéticos. Favoreciendo a las más grandes de este país… ya sabemos quiénes son (¡No! ¡Las folclóricas no, hombre! Las empresas del lobby energético…).
Parece ser que en el 2012 no hemos avanzado en estos aspectos del autoconsumo, y debemos hacer caso a estos papeles amarillentos que nos hablan de la tecnología del futuro, pero que a día de hoy es nuestra libertad energética. ¿No merecemos mejores leyes?
Después de hacer gala los políticos de la mayor de sus virtudes, prometer y no cumplir, seguimos a la espera de una ley que de una vez por todas regulase el AUTOCONSUMO en España, y nos diera por fin aquello que deseaba Dolores, independencia energética en nuestras viviendas, instalándonos por ejemplo, un aerogenerador en casa.

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